LA CUEVA DEL GATO


La época a la que nos referimos era cuando se estaba acondicionando la Cueva para atravesarla interiormente desde Hundidero a Gato con facilidad; así se ideó que, mientras ; un equipo trabajaba de Hundidero hacia adentro otro equipo lo hacía de Gato para el interior, hasta encontrarse al finalizar los trabajos.
Uno de los primeros que atravesó la cueva fue Joaquín Guerrero Guerrero, nacido en 1915, nombrado por la Compañía Sevillana de Electricidad "trabajador honorífico", por haber participado en la construcción del pantano en los años 1928 y 1929 como "recadero" del ingeniero Arturo Flist, pues era muy joven. Según se publica en el Diario Sur (20-09-1986), Joaquín Guerrero explicaba, que como el pantano no retenía el agua, se quiso inspeccionar la cueva Hundidero Gato para encontrar posibles soluciones al problema; para el se dispusieron dos brigadas de diez obreros cada una, que entrarían por Gato y Hundidero indistintamente para revisarr la cueva, pues jamás antes, se había atravesado la cavidad. Para tal fin se usó de lámparas de carburo, escalas de cuerda y barcazas construidas con bidones vacíos a los que se adosaban maderas atadas con alambres. Las dos brigadas avanzaban cada una en un sentido, hasta que se encontraron en medio de la cueva, localizándose a base de voces; tardaron en ello unas treinta horas. Joaquín, que formó parte de la exploración, lo relata así: "El día que se iba a producir el encuentro el ingeniero jefe me dijo que me fuera con él al interior de la cueva. Así lo hice y, después de salvar no pocas dificultades, llegamos a donde se encontraba una de las brigadas de trabajadores. Yo era un chiquillo y aunque en algún momento me negué a subir por una de las escalas, muy empinadas y con un movimiento incesante, ellos me ayudaron e incluso me transportaron a hombros por algún trayecto. Después, el encuentro fue muy emocionante y, una vez juntos, nos dispusimos a salir por el mismo camino". Al término de la aventura les dieron una paga extra y lo festejaron con una buena merienda. Cuenta Joaquín sus recuerdos de aquel día, señalando que la cueva era impresionante y difícil de explicar por su belleza; no vieron ningún animal en el interior, solo a la salida de Gato vieron algunos murciélagos y aves rapaces. Como poco después de aquello se paralizaron las obras, Joaquín entró en la Guardia Civil, del que su padre era miembro, abandonando Montejaque, para volver con el paso del tiempo, una vez que se jubiló.
D. Joaquín Guerrero, una de las primeras personas que hizo el recorrido completo de la cueva y el plano imaginario que realizó de una de las múltiples obras que se realizaban simultáneamente, y de la que se conserva parte de la documentación, fue un puente sobre el río Gaduares. Se trata de un pontón de mampostería, que, según el presupuesto del proyecto realizado en Sevilla el día 16 de noviembre de 1.923, costó la cantidad de diez mil pesetas.
Esta sería una de las primeras incursiones a la cueva, ya que durante el proceso de construcción del pantano, se realizaron varias revisiones . En principio estas visitas a la caverna se destinaron, como anteriormente se relata, a investigar el lugar más próximo al pantano para localizar las diferentes zonas por donde supuestamente se filtraba el agua, pero en las posteriores expediciones se construyeron pasadizos de hormigón, puentes, muros de contención, compuertas, etc. Se iluminó la zona d hundidero con bombillas. Pero lo más impresionante es encontrarse una pequeña línea ferroviaria, y sobre esta un vagón que a todas luces debieron introducir en la cueva desmontado.
Aún después de tantos años de abandono, ver todos los restos que perduran en aquel lugar, no hacen más que acercarnos en el tiempo a vislumbrar la magnificencia de una obra, que a todas luces, y conociendo la morfología del terreno, nunca debió realizarse en ese emplazamiento.

 

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