SENTENCIA ERRÓNEA

los hechos aquí relatados ocurrieron en Ronda el año 1.865.
En la citada fecha, en un bar se produjo una reyerta en la que se vieron implicados cuatro hombres.
En el momento mas álgido de la pelea dos de losparticipantes sacaron sus navajas, apuñalando mortalmente al tercer hombre que se hallaba en la disputa.
Después de presentadas las pruebas e hiciese lo mismo el fiscal con los cargos, el juez, condenó a los dos primeros , a la pena de 15 años de prisión por haber ocasionado la muerte a A.Z.M.
Unas semanas mas tarde, llegó ha oídos del joven abogado romdeño don. Isidoro Montero de Sierra, el relato del lamentable suceso.
Quiso el destino, que D. Isidoro, en una conversación entre amigos conociera a una persona que sabía de los hechos antes mencionados de primera mano, y dijo al abogado,que otra versión de los hechos andaba circulando, y que esta, exculpaba a los dos condenados.
D. Isidoro se involucró de lleno con todo el proceso judicial, cuya resolución llevó a la cárcel, según sus primeras pesquisas, a dos inocentes. Un tercer sospechoso, fue liberado de responsabilidad.
En la escribanía de D. José Morales Castaño , estudió toda la instrucción, interrogó a varios testigos que no prestaron declaración en el juicio, posiblemente por un descuido del abogado defensor, aportando sus declaraciones, por lo conoció unos hechos totalmente diferentes a los relatados ante el juez, tras lo cual llegó a la conclusión, de que se había cometido un error judicial.
Él de forma directa escribió al presidente de la Audiencia, aportando todo lo que había conocido y ,solicitando que la causa volviese al estado de sumario.
Dicha solicitud fue reemitida al fiscal de la Audiencia de Granada. La respuesta no se hizo esperar, contestándole que la Sala de justicia había accedido a su solicitud,e inmediatamente fue devuelta la causa al juez, Sr. D. Justo Díaz Gallo, por el año 1867.

De la causa resultaba que unos decían que la pelea que produjo el homicidio empezó en un café que poseía un tal Enrique, tres o cuatro casas antes de llegar, por el lado derecho de la calle Nueva conforme se va a la de los Remedios; que estando en la puerta de dicho café mis defendidos Antonio G., y Pedro G. lucharon con el infeliz Antonio Z. M., dándole a éste una puñalada cada uno de los dos sospechosos que produjo pronto la muerte de Antonio Z..
Otras versiones eran completamente distintas. pues decían que estando luchando Antonio Z. con los otros dos, llegó por la espalda Cristóbal G., quien le asestó dos puñaladas al Antonio Z.
D. Isidoro entonces solicitó la reconstrucción de los hechos.
El juez accedió a su petición. , se presentó la fotografía de la camisa que portaba el difunto y un plano de la calle Nueva.
El día de la reconstrucción , la fuerza pública, con la bayoneta calada, cerró las dos embocaduras de dicha calle y se prohibió el tránsito por la misma, el juez mandó cerrar las puertas de las casas, todos los demás huecos se hallaban henchidos de gente mirando lo que allí pasaba, algunos con gemelos, tan grande fue la curiosidad. en la calle no había más personas que el juez, el fiscal, el escribano, el Sr. D. José Morales Salvago, defensor de Cristóbal G., que había sido excarcelado bajo el abono de una fianza, el capitán de la Guardia Civil y Don. Isidoro..
Hecho todo esto se ordenó sacar de la cárcel a los condenados y también fue conducido allí Cristóbal G..
El juez ordenó a los tres que se colocaran en el sitio donde se hallaron cuando ocurrió el lamentable suceso, ellos obedecieron, según se relata, la calle estaba tan en silencio que podía oírse el vuelo de una mosca.
Al llegar Cristóbal G.,el capitán de la Guardia Civil le dijo al oído a D. Isidoro, señalando a este último: "Ese es el asesino",. D. Isidoro, hablándole también muy bajo, le preguntó: ¿Por qué dice usted. eso?, él le contestó:: "Porque está temblando"..
Efectivamente, Cristóbal temblaba, pues parecía que este era el homicida, aunque las pruebas presentadas contra él, no fueron concluyentes.
Al parecer de todos los que los conocían, los tres procesados eran artesanos honrados y laboriosos, que por haber bebido demasiado habían perdido la cordura.
Días mas tarde el juez dictó la sentencia de este segundo juicio, absolviendo a los tres condenados, aduciendo para ello, que a pesar de las nuevas pruebas presentadas y la recreación del lamentable suceso, no quedaba claramente demostrado, y sin lugar a dudas, quien o quienes, habían sido los autores materiales del homicidio.

leyes de Partida existe la siguiente máxima:
«Más santa cosa es y más derecha absolver al hombre de la pena que mereciese, que imponerla la que no lo merezca.»

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