Cruz de Montañés

UNA CRUZ RESCATADA DE LAS LLAMAS

Imagen de la cruz

El día 20 de Julio de 1.936 es incendiada la parroquia del Socorro de nuestra ciudad.
No sería la primera ni la última en sufrir en su patrimonio histórico la furia de aquellos que,aduciendo una fingida libertad ante el poder eclesiástico, destruyeron a su paso cuantiosas obras de arte de incalculable valor sentimental y cultural.
Fue el por aquel entonces diácono de este templo, D. José Parra Grossi, quien con poco mas de 20 años de edad y sin pensárselo dos veces, se internó en el interior de la parroquia que por aquellos instantes estaba siendo devorada por las llamas.
Entre los ornamentos sagrados que pudo salvar del incendio, apreció a lo lejos 2 crucifijos a los que las llamas empezaban a devorar y que también rescató, aunque afectados por el intenso calor.
Hasta aquí, no se habría profundizado mas en el origen de estas imágenes si no fuera por el historiador malagueño Juan Temboury Álvarez. En uno de sus escritos hace referencia que el Crucificado se hallaba ubicado en un lugar preferente del gran retablo del presbiterio, cual lo merecía su calidad artística. Asimismo, y de forma escueta, hizo referencia a su tamaño, disposición, proporción, policromía y espléndida composición. Incluso, se aventuró a encuadrarlo en una corriente o circulo escultórico concreto, apostillando, en este sentido la disposición en el altar:
"Retablo mayor barroco del siglo XVIII, dorado, con cuatro columnas salomónicas y manifestador. En este altar hay un primoroso crucifijo de madera policromada; mide unos 50 centímetros de alto. Muy oscuro, es de tres clavos, con brazos muy abiertos y pureza cerrada con moño en su lado derecho. La policromía está muy perdida descubriendo el color de la madera. Parece de tiempos de Felipe III y sevillano del tipo de Montañés, obra estupenda".
De esta manera, diversos testimonios indican que uno de ellos, el que procedía del púlpito eclesiástico, se ha conservado expuesto durante todo este tiempo después de la construcción de este nuevo templo en el lugar donde estuvo ubicado el antiguo altar mayor, que es el corredor que da acceso desde la plaza hasta la sacristía y a otras dependencias parroquiales. Del otro crucificado nada se sabe, pues ha permanecido apartado, retirado y sin identificación.
En cuanto al origen de esta imagen, aún hay algunas dudas sobre su procedencia y su autor, aunque sabemos que como Ermita del Socorro y posada de la Sangre acogió a lo largo de los siglos XVII y XVIII a los caminantes procedentes de Sevilla y Madrid'. En este sentido, y pese a pertenecer a provincias diferentes, debemos tener en cuenta que la proximidad geográfica de las dos ciudades ha jugado un papel importantísimo en la estética arquitectónica, escultórica y pictórica de la población serrana, de la misma manera que en la idiosincrasia de sus habitantes.

Por consiguiente, no es nada extraño que esta llegara desde la capital hispalense como afirman algunos historiadores, y mas si cabe, teniendo en cuenta que su hechura sigue muy estrechamente los modelos de Juan Martínez Montañés

Hasta el momento, y debido a los distintos avatares históricos, no ha sido posible encontrar ninguna documentación manuscrita o impresa concerniente a la escultura del crucificado de referencia. Sus pequeñas dimensiones, así como el no pertenecer al patrimonio de cofradías, hermandades u otras corporaciones, han dificultado tan laborioso trabajo de investigación..

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