LOS RESTOS MORTALES DEL BEATO FRAY DIEGO
Se a especulado mucho sobre el lugar donde fueron ocultados los restos óseos del beato fray Diego José de Cádiz durante la guerra civil. Sabemos a ciencia cierta que Pedro González Rojas, que a la sazón era sacristán del santuario de la Virgen de la Paz, introdujo los restos del beato en un saco y los trasladó a casa de su compadre Manuel Chicón de los Riscos. Este último tenía una tienda de ultramarinos en la Plaza del beato Juan de Córdoba, residiendo en la segunda planta por encima del citado establecimiento.
En esa vivienda, en un dormitorio que estaba siendo utilizado por una de las sobrinas de Manuel, llamada Mercedes, y bajo la cama se ocultó el saco.
Un día,, estando Mercedes en su dormitorio llamaron a la puerta. Al abrir se encontró con Pedro acompañado de su tío. Este le pidió que saliera un momento ya que Pedro tenía que recoger una cosa y para ello debería desplazar la cama y que al estar los tres en la alcoba era tarea imposible. así que Mercedes salió, pero dejó tras de sí la puerta sin encajar, por lo que pudo ver como Pedro extendía una sábana sobre la cama, después separaba esta de la pared y cogía un saco vertiendo su contenido sobre la sábana. Así fue como vio caer sobre esta una calavera e innumerables restos óseos, así como una crúz de metal y madera. Al salir los dos hombres de la habitación y al ver la cara de asombro de ella, Pedro le confirmó que eran los restos de Fray Diego.
Actualmente, y como ya expusimos en otros documentos, los restos se encuentran en una urna de plata donada por la Real Maestranza, que está ubicada en el camarín a los pies de la Virgen